No recuerdo desde cuando o como surgió mi amor e interés por ellos, supongo que desde pequeñita, cuando mi mamá se cansaba de leerme historias y yo deseaba más. Nada me parecía más interesante que poder descubrir por mi misma todas esas historias que salían de ese montón de palabras en los libros que por aquellas fechas yo no lograba descifrar y que tanto me apasionaban y con tanta avidez imaginaba en mi pequeña cabecita. Y es que es tan bonito y tan divertido descubrir nuevos mundos, vivir en la piel de nuevos personajes aventuras y adentrarse en lugares inhóspitos y cargados de suspense y emoción que ¡uf! ¿quién puede vivir sin un libro?
Amor, amistad, violencia, crueldad, terror, alegría, tristeza y un sin fin de emociones más que sólo quien lee sabe que un libro puede trasmitir de la manera más bella y desmesurada posible. Y es por eso que quien lee no puede dejar de hacerlo, como una droga que se adueña de ti en lo más hondo de tu ser, y es maravilloso.
¡LARGA VIDA A LOS LIBROS!
Ce
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